Según los datos de un estudio liderado por Oonagh Keag, de la Royal Infirmary de Edimburgo (Reino Unido), que hoy publica la revista especializada Plos Medicine, a largo plazo el parto por cesárea protege a la madre de sufrir incontinencia y otros problemas relacionados con el suelo pélvico, sin embargo si se lleva a cabo este procedimiento se aumenta el riesgo en abortos y complicaciones con la placenta en embarazos posteriores.
A menudo, los ginecólogos optan por la cesárea cuando aparecen complicaciones durante el parto, pero en muchos casos esta intervención no es necesaria y se lleva a cabo por deseo de la madre o porque permite una mejor planificación. Aunque en Occidente los riesgos inminentes asociados a la cesárea, como infecciones o trombosis, son mínimos, y las futuras madres suelen estar bien informadas, no sucede así con las consecuencias de la operación a largo plazo.
Los estudios que se realizaron a casi 30 millones de mujeres, aseguran que el parto por cesárea disminuye el riesgo de incontinencia urinaria y otros trastornos del suelo pélvico como los prolapsos de vejiga, uretra u otros órganos. Sin embargo, el parto mediante cesárea aumenta ligeramente el riesgo de sufrir un aborto o dar a luz a un bebé muerto, señala la investigación.
Otras investigaciones señalan que los bebés nacidos a través de cesaréa presentan un mayor riesgo de asma hasta los 12 años y un mayor riesgo de sobrepeso hasta los cinco años. Por eso, los expertos piden que se informe mejor a las parturientas de las ventajas y desventajas de la intervención.