Por Rosa María Oviedo Flores
Ellas.mx.- Este año se cumplieron veinte años de la IV Conferencia Mundial de la Mujer de la ONU, que fue celebrada en 1995 en la ciudad de Beijing. Conferencia a la que asistieron unas 47.000 personas generando una gran sinergia entre representantes de distintos países, organizaciones feministas, académicas, investigadoras, activistas, involucradas todas en la búsqueda constante del reconocimiento a los derechos de la mujer. Ésta conferencia se convirtió en la brecha de un largo y tortuoso camino hacia la Igualdad, de ella salió la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing donde 189 países se comprometieron a luchar por los derechos de las mujeres.
La Declaración y la Plataforma de Beijing toco con principal relevancia los temas de “mujer y pobreza”, “mujer y educación”, “mujer y salud”, “la violencia contra la mujer”, “los efectos de los conflictos en la mujer”, “la mujer en el ejercicio de poder y toma de decisiones”, “la mujer y la economía”, “los derechos humanos de la mujer”, “la movilización insuficiente de los medios de información para promover la contribución de la mujer a la sociedad”, mujer y medio ambiente”, “la falta de mecanismos suficientes para promover el avance de la mujer” y “la niña”.
En Beijing se cocinó un plan visionario de los derechos y el empoderamiento de las mujeres. Y es que era indispensable que se reconocieran los derechos de las mujeres y niñas como derechos humanos.
Aunque han pasado 20 años desde entonces, este documento sigue teniendo vigencia, porque a pesar de los esfuerzos de los distintos países que se dieron cita, aún se siguen vulnerando en el mundo de manera sistemática los derechos de las mujeres y la realidad es que aún falta muchísimo camino por recorrer.
ONU Mujeres revela que para lograr la erradicación de violencia no solo hay que empoderar a las mujeres, sino que se tiene que impulsar una transformación cultural llamando a los hombres y niños como agentes de cambio en su carácter de defensores y participes para que se sumen a este esfuerzo, sensibilizándolos acerca de la necesidad de una educación igualitaria, no contribuyendo a la estereotipacion de roles en niñas y niños, y deconstruyendo un mundo donde la discriminación no provenga de los genitales con que hayas nacido.
Finalmente en septiembre de este año se tendrá que presentar un balance real de los avances obtenidos a lo largo de estos 20 años y generar una agenda Post-2015, planteando la consecución de los objetivos para el 2030, porque aunque hemos avanzado aún falta mucho por andar.
Por Rosa María Oviedo Flores, Coordinadora nacional para la prevención y erradicación de la discriminación de la CNOP, @rosyoviedo