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La incontinencia urinaria se define como la pérdida involuntaria de orina, padecimiento que repercute no solo en el aspecto físico sino también social y emocional de quien la padece, señala el doctor Guillermo Espinosa Fuentes, coordinador de Enseñanza e Investigación en Salud de la Unidad de Medicina Familiar no. 222 del Instituto Mexicano del Seguro Social Delegación Estado de México Poniente.
Este problema se presenta a cualquier edad y en ambos sexos sin embargo su incidencia es mayor en mujeres después de los 40 años de edad y en personas mayores de 65 años es un mal muy recurrente. Puede ser motivada por un problema neurológico; por una alteración del esfínter, por debilidad de los músculos del suelo pélvico; lesión orgánica, o por un daño neuronal. Los escapes de orina generalmente se presentan al estornudar, reír, realizar algún esfuerzo o ejercicio físico.
El médico del Seguro Social, indica que la calidad de vida del paciente con incontinencia se ve afectada seriamente pues esta presente a cada instante, impidiéndole realizar sus actividades cotidianas, le genera sentimientos de humillación, vergüenza, inseguridad, inhibición, ansiedad, depresión, tristeza y aislamiento, más aún cuando por pena, tratan de ocultar su padecimiento y no lo toman con la seriedad necesaria.
“Es importante atender este problema desde sus inicios, lo primero es acudir con el médico familiar para una valoración de las posibles causas de la incontinencia; un examen físico, análisis de laboratorio y conocimiento sobre lo antecedentes personales, enfermedades concomitantes, medicamentos -si es que los toma- y dieta del paciente, todo esto ayudará a dictaminar el tratamiento a seguir”, dice Espinosa Fuentes.
Concluye que con el tratamiento adecuado, mismo que puede ir desde modificación de la dieta, prescripción de ejercicios hasta una cirugía, se pueden minimizar las molestias de la incontinencia y con ello la persona lleva una vida prácticamente normal.
