La caída de cabello en una mujer puede deberse al crecimiento de un tumor en el aparato reproductor, el cual segrega la hormona masculina llamada testosterona, misma que también producirá engrosamiento de voz y crecimiento de vello; ¿puede hacerse algo al respecto?
Nuestro cuerpo está compuesto por diversos tipos de células, las cuales normalmente crecen y se dividen para producir nuevas en forma controlada y ordenada; las viejas morirán como parte de un proceso natural. Sin embargo, algunas veces células nuevas siguen produciéndose aunque no se necesiten, lo que deriva en la formación de una masa de tejido sobrante, la cual es identificada como tumor, siendo benigno o maligno (canceroso).
Ahora bien, en los tumores malignos las células no son normales y se dividen sin orden ni control, pudiendo llegar a invadir y dañar tejidos cercanos y diseminarse a otras partes del cuerpo, lo que médicamente se llama metástasis.
Ante la sospecha de células cancerosas, el médico toma una muestra de tejido —procedimiento que se llama biopsia— para su análisis en el microscopio. El especialista médico responsable de dicha acción es el patólogo, quien además puede determinar las características de las células del tumor y el grado del mismo, es decir, la gravedad, de acuerdo a cuatro grados de clasificación; esto quiere decir que células de tumores de grado 1 se parecen a las normales, su comportamiento es poco agresivo, y tienden a crecer y a multiplicarse lentamente; en tanto, las de tumores de grado 3 ó 4 se reproducen y diseminan con mayor rapidez.
Lo explicado hasta este momento es una forma muy simple de entender el proceso bioquímico de análisis para determinar el grado de un tumor, que en realidad es muy complejo y en el cual se emplean factores (compuestos químicos) específicos de acuerdo al tipo de cáncer y su localización.
Como podemos suponer, conocer el grado del tumor, así como la etapa o estadio del cáncer, servirán al médico oncólogo para preparar un plan individual de tratamiento para el paciente y para predecir su pronóstico, en otras palabras, el curso de la enfermedad y la posibilidad de recuperación y/o de recurrencia. Así, un grado bajo indica un mejor augurio, y viceversa en un grado opuesto.
Tumores ováricos
Lo hasta aquí expuesto servirá para explicar que en cualquier sitio de nuestro cuerpo puede desarrollarse un tumor y llegar a ser maligno. Particularmente, los que crecen en los ovarios —tema que nos ocupa en esta ocasión— son identificados por la Medicina como de riesgo medio, ya que entre 30% y 50% de los casos desarrollarán cáncer.
Ahora bien, la ciencia clasifica a los tumores en ovarios de acuerdo a su ubicación y características de las células, siendo algunos de ellos capaces de influir en los rasgos sexuales de la persona afectada debido a que producen hormonas de este tipo, pudiendo ser feminizantes o masculinizantes (androblastomas).
Estos últimos, conocidos también como arrenoblastomas, son productores de células de Sertoli, las cuales originalmente se localizan en los testículos y proveen de nutrientes a los espermatozoides; asimismo, generan células de Leydig, mismas que originan la hormona sexual masculina llamada testosterona; cabe mencionar que algunos tipos de cáncer testicular se inician en las mencionadas células.
Entonces, ¿qué sucede en la mujer cuando su mismo organismo segrega hormonas sexuales masculinas? La respuesta es que se viriliza, es decir, desarrollará características físicas masculinas, como:
•Alopecia o pérdida de cabello.
•Aumento del tamaño del clítoris y labios mayores.
•Crecimiento del vello facial y corporal (hirsutismo).
•Voz más grave.
Pese a que se trata de eventos muy raros (apenas 1% del total de tumores ováricos), los androblastomas son un enigma y de gran interés para los investigadores científicos. Lo cierto es que tienen bajo potencial maligno y ocurren en jóvenes con promedio de edad de 25 años, aunque se conocen casos en mujeres posmenopáusicas; las chicas en edad reproductiva suelen sufrir molestias y/o ver alterada su menstruación.
Físicamente son sólidos, de color gris amarillento, miden entre 5 y 15 centímetros de diámetro (tamaño que puede incidir en la fertilidad de la afectada), y se diagnostican mediante ultrasonido de los ovarios o por examen patológico (biopsia). Por su parte, el análisis de sangre para verificar los niveles de hormonas que pueden haber sido secretadas por el tumor.
Una vez confirmado el arrenoblastoma, la primera opción es retirar el tumor mediante cirugía y, en caso de que se trate de células cancerígenas que se hayan diseminado, se debe considerar para eliminarlas radioterapia (radiación) y quimioterapia (medicamentos diseñados para ese fin). Afortunadamente, hablamos de muy poca posibilidad de metástasis, y de una tasa de curación bastante buena.
Finalmente, debemos destacar que debido a que son causa también de aumento de volumen ovárico, algunos sectores de la Medicina reconocen como pseudotumores a quistes (saco o pequeña bolsa llena de líquido —no es raro que haya más de uno—) y miomas (también llamados fibromas, que son cúmulos de tejido muscular y/o fibras de colágeno). La diferencia principal radica en que éstos hacen referencia a procesos benignos.