Así lo comprobó una investigación de la Universidad del Estado de Florida, y publicada en la revista Brain, Behavior and Inmunity; basada en la evaluación y seguimiento de 160 mujeres con edades comprendidas entre 45 y 65 años, de las cuales la mitad consumió diariamente 75 gramos de manzanas secas por un año, y la otra mitad consumió la misma cantidad de ciruelas pasas por el mismo período de tiempo.
Según el estudio, la pectina y polifenoles contenidos en las manzanas ayudan a proteger el sistema cardiovascular, ya que reducen en un 23% los niveles sanguíneos del colesterol LDL (colesterol malo) y aumentan en un 4% el colesterol HDL (colesterol bueno).
Al respecto, el doctor Bahram Arjmandi, director de la investigación, agregó que “el consumo de manzana seca no provocó un aumento del peso corporal en las mujeres, y aumentó su sensación de saciedad.”