Nuestro hogar está habitado por decenas de dispositivos eléctricos que consumen su ración diaria de vatios. Vamos a hacer un pequeño repaso con consejos para evitar que nuestro gasto sea mayor de lo estrictamente necesario.
Grandes electrodomésticos y línea blanca
Qué mejor para comenzar que los dispositivos que más electricidad consumen en el hogar con diferencia: los de línea blanca. Refrigerador, lavadoras, lavavajillas u hornos son auténticos especialistas en beber de los enchufes. En este segmento, no hay consejos que no sean de sentido común. En el caso de los refrigerador, podemos citar los siguientes:
– Mantenerlos abiertos el menos tiempo posible
– Evitar que trabajen en sitios cerrados o en lugares donde sean expuestos a un calor excesivo.
-No introducir alimentos calientes en el frigorífico. Esperar a que se enfríen antes.
– Limpiar periódicamente el congelador para evitar que se acumule hielo.
Mención aparte merecen los electrodomésticos que generan calor como hornos, radiadores eléctricos, planchas de ropa o secadores. Todos ellos consumen grandes cantidades de energía, así que lo más recomendable es usarlos siempre con moderación, mantenerlos lo más limpios posible y desconectarlos varios minutos antes de dejar de usarlos para aprovechar el calor residual.
En lo que a lavadoras y lavavajillas se refiere, los consejos para un uso más ecológico son:
-Esperar a que estén llenos para usarlos
– Probar con ciclos de lavado más cortos para evitar horas excesivas de uso.
– Si es posible, lavar con agua fría
También de línea blanca, aunque no exclusivos de la cocina son los sistemas de aire acondicionado. La única manera de ahorrar energía con estos aparatos es tener la casa lo mejor aislada posible del calor en verano y del frío en invierno. A veces, basta con poner material aislante en las ventanas y debajo de las puertas, o mantener las persianas cerradas en la medida de lo posible para no tener que recurrir tanto a él.
Independientemente de estos consejos, conviene meditar la compra de un electrodoméstico de bajo consumo. Las lavadoras, refrigeradores o lavavajillas de Clase A (los que menos consumen) suelen ser mucho más caros, pero consumen en torno a un 40% menos en la factura media anual. En otras palabras, en tres o cuatro años habremos amortizado el sobrecoste que nos supuso comprarlos y, generalmente, los línea blanca se compran para que duren unos cuantos años en el hogar.
Aparte de entrar en la Clase A de eficiencia energética, siempre es bueno fijarse en el consumo en vatios del electrodoméstico como una característica más a comparar. Hay marcas que desarrollan tecnologías específicas para reducir aún más el consumo que, aunque caras, siempre son bienvenidas.
Iluminación, bombillas y LED
Se considera que la iluminación puede llegara a suponer entre el 15% y el 30% de la factura de electricidad de un hogar. Este ratio varía en función de lo luminoso que sea el lugar donde vivimos y, por tanto, de la cantidad de luz natural que podamos aprovechar.
El consejo más efectivo que podemos dar en iluminación parece el típico consejo de madre, pero es verídico: apagar las luces cuando salgas de una habitación. En este sentido se dice que algunas bombillas es mejor dejarlas encendidas porque consumen mucha más energía en el proceso de encenderse. En realidad este pico de consumo es tan breve que sigue siendo mejor apagarla, a menos que vayamos a volver en unos segundos.
Si somos olvidadizas, podemos adquirir alguna de las nuevas bombillas que ya incorporan su propio detector de presencia para activarse o desactivarse automáticamente. Este tipo de bombillas son ideales para zonas de paso como pasillos o recibidores, o para baños.
El segundo consejo evidente es cambiar las viejas bombillas incandescentes por bombillas de bajo consumo o LED cuanto antes. La instalación de estos elementos reduce el consumo de la parte iluminación hasta en un 80%.
Computadoras, televisores y equipos electrónicos
El televisor supera a las computadoras en consumo eléctrico, llegando a picos de hasta el 13% del consumo eléctrico global. En realidad este dato se debe más al extenso parque que todavía existe de televisores antiguos y a que en muchas casas se usa más el televisor que el ordenador.
Poca cosa se puede hacer para reducir el gasto eléctrico del televisor aparte de no encenderlo si no vamos a ver nada concreto. Si vamos a cambiar de aparato, los nuevos televisores LED prometen ahorros hasta del 40% sobre los tradicionales.
En cuanto a la computadora, todo depende de qué tipo de equipo sea. Las grandes s consumen mucha más electricidad que, por ejemplo, un portátil. En este sentido, aparte de tener activos los sistemas de ahorro de energía del sistema operativo, no viene mal apagar la pantalla directamente cuando nos ausentemos un rato.
Respecto al resto de dispositivos, entramos en el largo debate del standby o consumo que se genera cuando el dispositivo entra en modo espera. Aquí lo ideal es acostumbrarnos a apagar el equipo completamente.
Si tenemos muchas regletas que permiten conectar varios dispositivos y apagarlos en bloque son una buena ayuda. Lo cierto es que el tema del ahorro energético en el hogar es un tema interminable que puede reportarnos, para variar, alegrías en la factura de la luz.