¿Te controla la comida?

¿Cómo te sientes hoy?, ¿Qué comiste? Es probable que no puedas dejar de relacionar la respuesta a estas dos preguntas. Muchas de nosotras vivimos con una vaga ansiedad sobre las calorías y otras estamos completamente obsesionadas con la comida, invirtiendo esfuerzos y tiempo innecesarios en este tema. En vez de preocuparte podrías estar leyendo un libro o escribiendo una autobiografía, o simplemente disfrutando la vida. Estás acostumbrada a caminar 40 minutos después de almorzar todos los días, pero sentarte hoy a disfrutar del sol después de haber comido una sopa mexicana no va a hacer que engordes. Sí, las causas de este problema son bastante profundas y personales, pero existen algunas técnicas efectivas que pueden hacer que sintamos que controlamos lo que comemos y no al revés. 

Sentimientos guardados 
‘Los sentimientos reprimidos son la raíz de una difícil relación con la comida’, afirma Deanne Jade, vocera de la Eating Disorders Foundation. ‘Las mujeres en particular han sido educadas para no tener sentimientos negativos. Desde que somos niñas nos enseñaron que la ira y los celos son poco femeninos y raramente atractivos. Por ello, ¿no es de extrañarse que hayamos dejado salir estos sentimientos al atracarnos con una montaña de galletas, o al contrario, al ‘vaciar’ nuestros cuerpos?’. 
Jade sugiere que ponerle nombre a lo que sentimos es el primer paso para reconocer qué es lo que nos pasa, y nos libera de expresarlos a través de la comida. ‘Toma una hoja de papel y a la izquierda pon las horas del día. Cada dos horas haz una pausa en lo que estás haciendo y como te sientes en ese momento. ¿Estás aburrida de tu trabajo?, ¿Celosa de una amiga?, ¿Enojada con tus hijos? La simple acción de nombrar estos sentimientos, especialmente los ‘malos’, puede ser asombrosamente liberador’. 

Desafía tu voz interna 
Muchas de nosotras tenemos una voz interna que nos castiga y nos lleva a comer de una manera que no corresponde a nuestro apetito o necesidad, pero sí a nuestras emociones. ‘La mayoría de las mujeres oyen varios matices de lo que conocemos como la ‘voz anoréxica’, dice Jade. Puede ser algo tan simple como no comer lácteos ese día para sentirte purificada, o puede ser algo más específico: si comes algo el día de hoy eres un fracaso’. 

La clave para controlar tu relación con la comida es desafiar esta voz. La próxima vez que sientas que la ansiedad está fuera de control, enfócate en lo que dice tu voz interna. Tradúcela en palabras. Reconócela. Después silencia esta voz, haciendo uso de argumentos racionales. Por ejemplo, sabes que una porción pequeña de arroz no va a hacerte engordar… unas 120 calorías de carbohidrato al día son más que necesarias. El cuerpo las necesita (las va a gastar, no las va a almacenar).  

Al estar más consciente de tus sentimientos y al entender las razones por las cuales te sientes ansiosa sobre la comida, puedes aprender a ver la comida, no como un enemigo, sino como el combustible vital, y más allá como una fuente de placer y una forma de mimarte (después de haber conseguido ese nuevo cliente, tras una ardua noche de trabajo, te mereces un helado de chocolate, no lo dudes). Además, ese delicioso smoothie de papaya no sólo es bueno para la sed, también para la piel, y ese pedazo de chocolate puede ser un gran antioxidante. 

Toma el control 
Por ejemplo, Juana insiste que tiene el control de su dieta pero el estrés crece cuando la situación se le sale de las manos, demostrando que la comida es la que verdaderamente tiene el control sobre ella. Lo ideal es realizar ejercicios que te permitan romper la rutina, puede ser usar el reloj en la otra mano o salir de la casa sin cepillarse el pelo. Lo que esto pretende es enseñarte que de vez en cuando puedes romper reglas y aún así tener el control. Puedes tener rutinas y aún así romperlas sin que sea el final del mundo. 

Acerca Redaccion

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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