Dentro del contexto del Día Mundial de la Libertad de Prensa, celebrado hoy viernes 3 de mayo, es importante señalar el desarrollo exponencial de los medios digitales y el uso de las redes sociales como herramientas de comunicación y difusión ante las problemáticas sociales, utilizados sin duda, al limitado acceso de los ciudadanos a los medios de comunicación masivos tradicionales, creando espacios alternativos en internet que les garantice una libertad de expresión. Sin embargo, la libertad de expresión en internet debería ser autorregulada a través de la ética y los principios fundamentales rectores de la sociedad.
Ante dicha problemática, líderes de todo el mundo se reunieron en Costa Rica para celebrar los valores que subyacen a las sociedades abiertas y considerar cómo se puede balancear mejor los derechos y responsabilidades en la era de Internet. Debate global que por supuesto en América Latina está en un punto de inflexión pues en cierto modo se ha trasformado en un medio de comunicación de masas que se articulan y coexisten, herramienta, sin duda alguna, para el “activismo social”.
Dentro de la conferencia organizada por UNESCO, hoy en Costa Rica con motivo del 20 aniversario del Día Mundial de la Libertad de Prensa, Bob Boorstin, Director de Políticas Públicas de Google en Washington, D.C., declaró que “El Internet es una plataforma con un poder sin precedentes para conectar a las personas entre sí y permitirles comunicarse y acceder al conocimiento. Por primera vez en la historia, prácticamente cualquier persona con acceso a Internet tiene el potencial de conectarse al instante con cientos de millones de personas en todo el mundo. Hoy en día existen casi 2,500 millones de usuarios de Internet y cerca del 10% vive en América latina. A medida que estos números crecen, también lo hace la necesidad de redefinir los derechos y responsabilidades en la era digital. Debemos asegurarnos de que los derechos de los ciudadanos estén debidamente protegidos en situaciones en las que sus libertades se vean amenazadas. Debemos escuchar y tener en cuenta a las voces provenientes de todos los ámbitos: organizaciones no gubernamentales que se preocupan por la transparencia, abogados que protegen el derecho a la información, los medios de comunicación, los editores de contenido y los líderes políticos y de gobierno. Y debemos evaluar cualquier nueva regla de forma cuidadosa y abierta antes de arribar a decisiones que repercutirán en las décadas futuras.”
Como resolución a la problemática Bob Boorstin, propuso:
· En primer lugar, considerar los límites que deben existir, o no, para una nueva forma de concebir la libertad en la era de Internet. Las expectativas sobre seguridad y privacidad especialmente en los medios digitales, donde todo está potencialmente accesible, aún no han sido definidas. Pero encontrar el balance que permita ofrecer las oportunidades a los usuarios y un Internet fuerte y creciente es una cuestión vital.”
· Considerar los tiempos, un elemento crítico. Los expertos coinciden en que la tecnología -y las decisiones relacionadas a ésta, sobre contenido, privacidad y seguridad- está avanzando a una velocidad mucho mayor que toda la legislación producida en el último siglo. Desarrollar nuevas reglas y procedimientos para determinar qué se ha de publicar y qué ha de ser ocultado del público requiere encontrar el adecuado balance entre el derecho a acceder a la información y a escuchar todas las opiniones con los instintos de algunos de censurar puntos de vista con los que no están de acuerdo. Por este motivo, las reglas deben ser lo suficientemente flexibles como para adaptarse a cambios y al mismo tiempo mantenerse firmemente arraigadas en los principios que mantenemos.
· Tercero, Controlar el alcance de estas decisiones. Decisiones que pudieran restringir o castigar a las plataformas de Internet por la publicación de puntos de vista diferentes podrían tener implicaciones perjudiciales tanto para el mundo virtual como para el offline. Darle a los funcionarios públicos el poder de decisión sobre qué puede ser visto online y qué no es un primer paso que podría atentar contra las sociedades democráticas.
Ante ello, más que “reglas”, se estarían hablando de una autorregulación, de responsabilidad crítica y de lineamentos éticos que fortalezcan el diálogo, la vinculación, la interrelación social y política en beneficio de la población. Ya que sería una pena controlar y restringir un nuevo tipo de comunicación masiva que por primera vez genera controversia y molestia a los poderes fácticos del Estado.
“No hay duda de que estamos ante un momento histórico, que requiere la adaptación de los valores sobre los que se construyen sociedades progresistas. Hemos visto que una Internet libre y abierta es capaz de grandes logros: ha impulsado la innovación y generado crecimiento económico, le ha dado una voz a quienes previamente no la tenían y oportunidades a aquellos que alguna vez estuvieron aislados. Hoy, en el Día de la Libertad de Prensa, una manera de celebrar el advenimiento de la era digital es asegurándonos que esas libertades y oportunidades se multipliquen.” Afirmó Bob Boorstin Director de Políticas Públicas de Google en Washington, D.C.
Es por ello que creemos firmemente que la libertad de expresión está indisolublemente ligada al ejercicio ético y responsable del periodismo; quien se ampare en la libertad de expresión para mentir, calumniar, distorsionar, manipular, descalificar o injuriar, está violando el derecho a la misma.