La alimentación debe tener un equilibrio entre grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales. En los niños, por su proceso de desarrollo, es aún más importante. A continuación se mencionan los compuestos que no deben faltar en los chicos, y qué sucede si esto llega a pasar.
Empecemos por la vitamina A, presente en zanahorias, plátanos, espinacas, yema de huevo, frijoles, hígado, queso y mantequilla. Es indispensable en el desarrollo y crecimiento del cuerpo, además de que colabora en la curación de enfermedades infecciosas y en el fortalecimiento de la retina del ojo para que no haya dificultades para ver de noche. Sin embargo, al no estar presente, se pierde importante apoyo en la recuperación de enfermedades de la piel, la reconstitución de tejidos y la cicatrización de heridas.
Por su parte, la vitamina C favorece la formación de anticuerpos, aumenta la resistencia a las infecciones y ayuda a que el hierro actúe evitando anemia, entre otras funciones. No obstante, su falta prolongada produce que los tejidos del cuerpo se debilitan (escorbuto) y dolores en las articulaciones. ¿Su relación con la piel?, ayuda en la generación de colágeno (esencial en la consistencia de la piel y cabello), evita el sangrado de encías y la aparición de moretones espontáneos. La vitamina C está presente en casi todas las frutas y verduras, además de atún, leche entera y yema de huevo.
Otra vitamina fundamental en el crecimiento de los huesos en los chicos es la D, que a diferencia de las antes mencionadas no se ingiere, sino se forma en la piel por efectos de los rayos ultravioleta. Por tal razón es muy importante que los niños tomen baños de Sol con frecuencia. Cuando esto no sucede, puede dar origen a un padecimiento llamado raquitismo, en el que se reblandecen los huesos del cráneo, y puede afectar su desarrollo normal.
La falta de minerales como el hierro pueden provocar una anemia que ponga en riesgo el desarrollo de capacidades físicas e intelectuales. Otros como el fósforo, potasio y sodio influyen en la formación y fortalecimiento de dientes y huesos, en la síntesis de proteínas y ayudan a mantener adecuado equilibrio de agua en el organismo. Por ello, el pequeño debe comer pescado, mariscos, arroz, legumbres y frutas.
Es igualmente importante que consuma aminoácidos, compuestos esenciales de las proteínas, como la L-lisina, ya que de no estar presente en la alimentación, el niño será propenso a padecer lesiones en la piel, tendrá pobre musculatura, su cabello será frágil y delgado, además de que manifestará retardo en su crecimiento.
El buen desarrollo de los niños está en manos de sus padres. No lo descuidemos y seamos parte de su sano crecimiento.