¿Moda, necesidad o higiene? Cada quien tendrá una razón especial para rasurar, depilar o recortar el vello púbico —incluyendo a los varones—; sin embargo, ¿cuál es la técnica más recomendable?; yendo aun más lejos, ¿es conveniente hacerlo? Tal vez después de leer lo siguiente su opinión cambie radicalmente, o substituya el método.
Por lo regular la idea de depilar el área púbica empieza a rondar la cabeza cuando se acerca el periodo vacacional y tenemos la oportunidad de lucir un espectacular traje de baño en la playa. Sucede entonces que reparamos en la técnica a emplear y contemplamos las que hemos utilizado para retirar vello facial y/o el de axilas y piernas, pero ¿dará resultado?
De unos años a la fecha rasurar el vello púbico se ha hecho enormemente popular, y ello responde a diversas causas, entre las que pueden mencionarse la evolución de las tendencias en la moda de los trajes de baño, pues los diseños son cada vez más sexy y escotados, y emplean menos material en su fabricación, lo que da oportunidad a que la piel del área aparezca como antes no lo hacía.
Otra idea, que viene de la mano con la anterior, es la estética, ya que tal como sucede con el vello en las axilas o el que cubre ligeramente el rostro o las piernas, el vello púbico crecido denota —para mucha gente— falta de higiene, descuido o escasa limpieza.
Una razón más, la cual justifica que muchas féminas lo sigan haciendo aun alejado el periodo vacacional, es que ha resultado un incentivo más en la relación de pareja, un toque de sensualidad en el encuentro íntimo que incita al varón y que rompe con la monotonía en el sentido sexual. Lo anterior, incluso, tiene fundamento científico, ya que se ha comprobado que en el área púbica se localizan glándulas sudoríparas apócrifas (también se encuentran en al axilas) que generan las llamadas “hormonas del amor” o feromonas, mismas que viajan por el aire y transmiten señales sexuales que incitan a la pareja.
Bien, las razones están expuestas, y si usted nunca ha depilado el área púbica y quiere hacerlo en la comodidad de su casa, los siguientes consejos le serán de utilidad; recuerde, el área vaginal es muy delicada y los métodos pueden ser un tanto dolorosos.
Cremas depilatorias. Se trata del método menos agresivo y después de su aplicación deja la piel suave y tersa. Coloque el producto en la zona a depilar y déjela actuar únicamente entre 5 y 8 minutos para evitar que la epidermis enrojezca; escoja el tipo para piel sensible si la usa por primera vez. Recordemos que este sistema corta el pelo, pero no lo arranca de raíz, además de que los químicos de la fórmula suelen manchar la piel tras varias aplicaciones.
Ceras. La más popular de todas las técnicas, pero puede ser dolorosa la primera vez; en Estados Unidos se comercializa un producto en cuya fórmula se contempla azúcar (sugaring), lo cual la hace más amable con quien le emplea. Como consejo considere que la piel es más sensible al dolor durante el periodo menstrual, y dos días antes de esté.
El vello puede tardar de 4 a 6 semanas en crecer y la piel queda muy suave cuando el método es bien efectuado, pero de no ser así puede producir pelillos encarnados e irritaciones. Es importante que tenga en cuenta que el vello tiene que estar un poquito largo para poder adherirse a la cera, de manera que hay que dejarlo crecer un poco entre un tratamiento y el siguiente, así que si durante este lapso tiene que usar traje de baño deberá cubrir la vellosidad o afeitar la zona. Igualmente destacado es tener en cuenta que el vello empezará a crecer poco a poco y durante este lapso puede causar picazón e incomodidad al orinar o tener relaciones sexuales.
No olvide que el mejor resultado se obtendrá estando el área perfectamente limpia y libre de sudor, por lo que no se recomienda usar crema o jabones antes de la aplicación de la cera, pues ésta no se adhiere a piel húmeda; si es posible, limpie con un algodón mojado con un poco de alcohol, o bien, ponga un poco de talco para que la piel se encuentre seca.
No aplique una capa muy gruesa de cera, ésta debe ser tan delgada como una hoja de papel, casi transparente, misma que debe retirarse lo más rápido posible y de un solo movimiento, siempre en dirección contraria al crecimiento del vello.
Afeitar. Fácil y barato, pero tiene que hacerse frecuentemente, puede producir vellos encarnados e irritación, además de que genera incomodidad mientras crece la vellosidad; el mercado cosmético ofrece varios rastrillos especiales para rasurar exclusivamente a la mujer, los cuales ofrecen mejor trato a la piel.
De haber irritación, puede calmarse con aceite para bebé o empleando crema con alfahidroxiácidos (AHA), principalmente si hay vellos encarnados, ya que se trata de compuestos que aceleran la reconstitución de las células dañadas. Si decide afeitarse, la forma más sutil de hacerlo es siguiendo el sentido en el que crece el vello, pues de hacerlo en el opuesto habrá más irritación en la zona.
Láser. Por supuesto, no es un método casero, pero prácticamente no hay dolor y es el que ofrece resultados permanentes (requerirá de 6 a 8 sesiones); el éxito de esta técnica depende del tipo y resistencia del vello, pero sobre todo del contraste que haya entre el tono de éste y el color de la piel, es decir, la candidata ideal es una persona blanca con vellos negros; en piel clara y vellosidad del mismo tono sólo causará irritación. Ahora bien, el rayo láser puede producir decoloraciones en la piel, y éstas serán más visibles en tonos morenos o más oscuros.
Si usted prefiere acudir a clínica especializada, busque un sitio calificado para hacer depilación del pubis y cerciórese de que sea un lugar con higiene rigurosa. Considere que este tipo de sitios brindan trato especial a mujeres tímidas o primerizas en este aspecto, de manera que ofrecen un bikini de papel desechable que podrá usar durante el tiempo que dure la sesión.
Es importante aclarar que es mentira que después de afeitarse o usar cera los vellos crecerán más gruesos y oscuros, todos crecen parejos y en el mismo tono. Asimismo, las “ronchitas” que salen después de rasurarse no son barros, sino vellos encarnados, los cuales pueden mejorarse usando cremas con AHA o productos con ácido glicólico.
Finalmente, le diremos que el vello púbico, como el que se encuentra en cualquier otra parte del cuerpo, tiene una importante función protectora ante la posible presencia de impurezas o microbios en el área, y dado que la genital femenina es propensa a infecciones, nuestra recomendación es no retirar absolutamente el que crece en la zona referida, pues de ser así se deja la puerta abierta a agentes patógenos.
Ahora si, ¿ya está usted decidida?