Se recomiendas a las mujeres embarazadas realizar una rutina de masajes ya que les brinda muchos beneficios como: aliviar los dolores de espalda, evita el stress, disminuye la retención de líquidos y edemas, mejora el sistema nervioso, etc. Además, las suaves caricias sobre el vientre de la gestante tienen influencia positiva sobre el bebé, ya que el bebé siente los masajes y va afianzando el vinculo madre e hijo desde antes del nacimiento. Asimismo, le favorece al niño en reforzar su autoestima y confianza en si mismo. También debemos tener presente que el bienestar físico y mental de la madre repercute en el bebé durante el periodo del embarazo.
Los masajes pueden realizarse por personas especializadas y también por el papá ya que permiten reforzar el vínculo familiar y a la vez el papá sentirá los movimientos de su bebé y se verá más involucrado durante el embarazo.
Además, los masajes estimulan el aumento de la producción de hormonas como las endorfinas que tienen efecto calmante, oxitocina que facilita el parto y es responsable por las contracciones uterinas, prolactina hormona responsable de la producción de leche, ayuda a regular la cantidad de la hormona dopamina relacionada con el stress y la ansiedad, y por último disminuye la cantidad de la hormona serotonina relacionada con la depresión post-parto.
La gestante debe colocarse en posición fetal y de constado sobre una cama o superficie firme con una almohada debajo de la cabeza, otra entre las piernas y una almohada fina debajo de la barriga y realizar los masajes de manera suaves y delicada con movimientos lentos que recorran el cuerpo de la futura mama.
Asimismo, el masaje prenatal debe realizarse en el segundo y tercer trimestre del embarazo, que además de mimar a la embarazada ayuda a liberar las tensiones y presiones tanto físicas como emocionales, y mientras más relajada se encuentre la madre disfrutará de su embarazo con menos tensiones y de cada uno de los movimientos de su bebé.