Hace unas cuantas temporadas que el cuero dejó de ser un tejido exclusivo del invierno para saltar a las pasarelas de todas las temporadas. Un toque de cuero en la indumentaria es fundamental para ofrecer una imagen actual. Puede ser un cinturón, una falda, un vestido o una de las falditas que presenta Loewe en su colección. El caso es que el cuero no debe faltar en el armario.
La chaqueta de cuero tipo «biker» es perfecta para las tardes frescas de primavera. También es un básico perfecto para las noches estivales. Queda genial con un vestido floreado, jeans o camisetas.
Para ir a la moda no hace falta arruinarse. Las tiendas de bajo coste tienen prendas de cuero o, en su defecto, magníficas imitaciones. Si lo que se busca es una chaqueta algo más clásica, nada mejor que una pieza en camel o en negro que aguantará muchas temporadas en el armario.
El trench con mangas de cuero es una de las propuestas más novedosas de la primavera. El que aparece en la imagen lo firma la casa británica Burberry y pertenece a su línea Prorsum. En Zara hay versiones parecidas. Y otra de las bases del vestido serán los shorts de cuero. Se llevan con jerséis de punto calado, calcetines y zapatos planos acordonados.
El mejor modo de medir la «acogida» del cuero es salir a la calle y comprobar su presencia. Algunas de las mujeres «elegantes» de España lo emplean a menudo. Es el caso de Nati Abascal y de Isabel Preysler, que no se resisten a un buen diseño en piel.
Ellos tampoco tienen por qué renunciar a la suave textura del cuero. Pantalones, chaquetas y cazadoras pueblan las colecciones de diseñadores como Dior Homme, Yves Saint Laurent, Lanvin o Victor and Rolf. La tónica general es la elegancia y la mesura con un toque moderno.