Libérate de tu "niña interior"

Pero, ¿qué es exactamente el ego? Deepak Chopra lo define así: “Es tu máscara social, tu imagen, el papel que estás desempeñando. Crece con la aprobación. Quiere controlar, y se sostiene con poder, porque vive del miedo”. 

Un remanso de paz
La meditación nos enseña a distanciarnos del ego. Su función es ayudarnos a entrar en un estado de paz interior desde el cual podemos observar nuestros pensamientos sin identificarnos con ellos. Es entonces cuando podemos darnos cuenta de que, por debajo de esos miedos, pensamientos negativos o repetitivos, existe un espacio de calma: lo que los maestros espirituales llaman “el ser”. El ego podría definirse como la parte de nosotros que se comporta como un niño pequeño y malcriado: exige atención, quiere que se cumplan sus deseos de inmediato, no sabe esperar, es experto en criticar… Pero “el ser” interior es como un adulto que no se deja arrastrar por las emociones y que sabe que posee dentro de sí la madurez y los recursos necesarios para actuar con sabiduría.

Cinco formas de decirle adiós
Ser consciente de cuándo actúas desde tu ego te ayudará a desprenderte de máscaras, viejos patrones y comportamientos que te conducen a más de lo mismo y no te dejan vivir en paz. 
 

Desdramatiza. Aprende a reírte de tus tragedias. Pregúntate si merece la pena que les dediques toda tu energía. Si estás triste, prueba a divertirte, en lugar de pasarte la vida actuando como si fueras la reina del drama.

·         Todo pasa. Recuerda que lo que hoy te angustia, ayer no existía y quizás mañana habrá desaparecido. Si necesitas afrontar una situación difícil, concéntrate en otras situaciones del pasado que supiste resolver, y recuerda cómo lo hiciste, sabiendo que ahora también puedes conseguirlo.

·         Cede. A nuestro ego le encanta tener razón en un intento de controlarlo todo. Aprende a ceder, a escuchar otros puntos de vista y a decir “no lo sé” y te sentirás aliviada del peso de pretender saberlo todo.

·         Desfógate. Cuando nos comportamos como niñas inmersas en una rabieta, lo acabamos pagando con quienes tenemos más cerca o castigándonos a nosotras mismas. Ese enfado proviene de necesidades infantiles insatisfechas y es mucho más sano canalizarlo a través de una actividad física (correr, nadar, ir al gimnasio), de la meditación o de la terapia con un psicólogo o un coach.

·         No juzgues. Es difícil, todos lo hacemos constantemente. Pero puedes dejar de juzgar si comprendes que nunca puedes conocer del todo los motivos por los que los demás actúan. Si eres tú quien recibe las críticas, piensa que provienen de un ego herido que solo busca reafirmarse, y de esa forma no podrán hacerte daño.

 

Acerca Redaccion

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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