El rechazo social también produce "dolor"

El dolor físico y los sentimientos intensos que causa el rechazo social “lastiman” de la misma forma, según indica un nuevo estudio. El estudio, que se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, demuestra que las mismas regiones del cerebro que entran en actividad como respuesta a las experiencias sensoriales dolorosas se activan durante las experiencias intensas de rechazo social.

“Estos resultados dan un nuevo significado a la idea de que el rechazo social ‘lastima’”, dijo el psicólogo social de la Universidad de Michigan, Ethan Cross, autor principal del artículo. “A nivel superficial el derramarse encima una taza de café caliente, y el pensar acerca de cuánto se sintió el rechazo al mirar la fotografía de una persona con la que se haya experimentado recientemente el rompimiento involuntario de la relación, al parecer, causan tipos de dolor muy diferentes. Pero esta investigación muestra que esas penurias pueden ser más similares que lo pensaba.

Cross, profesor asistente en el Departamento de Psicología de la UM y docente asociado en el Instituto de Investigación Social (ISR) de la UM, condujo el estudio con su colega de la UM, Marc Berman, Walter Mischel y Edward Smith de la Universidad de Columbia, también afiliados con el Instituto Psiquiátrico del estado de Nueva York, y con Tor Wager, de la Universidad de Colorado en Boulder.

El estudio lo financiaron el Instituto Nacional de Salud Mental y el Instituto nacional sobre Abuso de Drogas, y se llevó a cabo en la Universidad de Columbia.

Aunque ya otros estudios anteriores han demostrado que las mismas regiones del cerebro sustentan los sentimientos emocionalmente penosos que acompañan la experiencia tanto del dolor físico como del rechazo social, el estudio actual es el primero que establece que existe una superposición neural entre estas dos experiencias en las regiones del cerebro que se tornan activas cuando las personas experimentan sensaciones dolorosas en su cuerpo. Estas regiones son la corteza somatosensorial secundaria y la ínsula dorsal posterior.

Para el estudio los investigadores reclutaron a 40 personas que experimentaron el rompimiento no deseado de una relación romántica en los últimos seis meses, y que indicaban que al pensar en su experiencia de la ruptura los llevar a sentirse intensamente rechazados. Cada participante completó dos tareas en el estudio; una relacionada con sus sentimientos de rechazo y la otra acerca de sus sensaciones de dolor físico.

Durante la tarea de rechazo, los participantes vieron una foto de su ex pareja y pensaron acerca de cómo se sintieron durante la experiencia de la ruptura, o miraron una foto de un amigo y pensaron acerca de una experiencia positiva reciente con esa persona. Durante la tarea de dolor físico, se sujetó al antebrazo de los participantes un artefacto de estímulo térmico. En algunas pruebas el aparato suministró un estímulo doloroso pero tolerable similar a cuando se tiene en la mano una taza de café caliente. En otras pruebas el aparato suministro un estímulo cálido pero no doloroso.

Los participantes llevaron a cabo todas las tareas mientras eran sometidos a escáneres de Imagen por Resonancia Magnética funcionales (fMRI por su sigla en inglés). Los investigadores condujeron una serie de análisis de los registros de fMRI, enfocando todo el cerebro y varias regiones de interés identificadas en anteriores estudios sobre el dolor físico. Asimismo compararon los resultados del estudio con un banco de datos de más de 500 estudios anteriores con fMRI de las respuestas cerebrales al dolor físico, la emoción, el funcionamiento de la memoria, el cambio de la atención, la memoria de largo plazo y la resolución de interferencias.

“Encontramos que los fuertes sentimientos de rechazo social activan las regiones del cerebro que están involucradas en la sensación del dolor físico, y que rara vez aparecen activadas en los estudios de neuroimágenes de la emoción”, señaló Cross. “Estas conclusiones son coherentes con la idea de que la experiencia de rechazo social, o de pérdida social en términos más generales, puede representar una experiencia emocional bien distinta que está asociada, de manera única, con el dolor físico”.

El equipo que llevó a cabo la investigación espera que sus conclusiones ofrezcan un nuevo entendimiento de la forma en que la experiencia de una pérdida social intensa puede conducir a varios síntomas y trastornos de dolor físico. Y señalan que las conclusiones afirman la sabiduría de las culturas en todo el mundo que usan los mismos términos —en expresiones tales como “penuria” y “dolor”— para describir las experiencias del dolor físico y del rechazo social.

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Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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