Los relojes han formado parte de la decoración desde la antigüedad. Desde los antiguos relojes de sol hasta los de arena. En 1657, Christiann Huygens crea el primer reloj de péndulo; el péndulo es un peso a menudo en forma de adorno que cuelga de un punto fijo del reloj y oscila en forma de vaivén.
En el siglo XVIII, los relojes estilo rococó decoraban los grandes salones de palacios y casas señoriales.
En la época Victoriana en el siglo XIX, los relojes de pared en caoba, nogal se convierten en objetos de colección. En salones, comedores, en despachos, los relojes con esfera decorada y distintas melodías se ponen de moda como símbolo de distinción y modernidad.
Para decorar.
Desde el estilo más minimalista hasta los estilos rústico, cottage o estilo italiano, los relojes no solo sirven para medir el tiempo sino que son protagonistas de la decoración, sobre una chimenea, en la cocina, o en un lugar destacado del salón.
Distintos materiales desde los relojes transparentes que dejan ver su mecanismo a relojes en tela, plástico, madera o metal.
Relojes redondos, cuadrados, relojes tipo escultura, relojes en forma de plato de cerámica o de tronco de madera.
Hay relojes para todos los estilos de decoración desde el más sencillo al más sofisticado, en un salón moderno, en la cocina, en el recibidor en habitaciones juveniles.
Relojes de pared, relojes de pie, relojes planos como cuadros o en formas geométricas. Relojes de mesa. El reloj sigue siendo un elemento útil a la par que decorativo.