No comer… engorda

 

Los alimentos aportan la energía necesaria para mantener el organismo vivo y funcionando adecuadamente. La energía que el cuerpo consume con los alimentos se mide en calorías. Cuando el cuerpo necesita recibir energía en forma de alimento, lo hace saber provocando sensación de hambre.

 Aproximadamente cada tres o cuatro horas el cuerpo necesita nueva dotación de energía y la persona comienza a sentir hambre. Si el tiempo pasa y el organismo no recibe los nutrientes esperados, el estómago envía un mensaje al cerebro indicando escasez de alimento, por lo que éste manda de inmediato la instrucción de que todos los nutrientes presentes en la sangre se almacenen en forma de grasa para aprovecharlos en otra ocasión.

 Este mecanismo de ahorro de nutrientes también se desencadena cuando después de cenar se decide ir a la cama a descansar, pues el sueño adormece la región encargada de sentir saciedad, impidiendo que el cerebro detecte que ya comió. Al no sentir saciedad, el cuerpo lo interpreta como falta de alimento.

Junto con el sedentarismo, los hábitos alimenticios son la principal causa del sobrepeso y obesidad que actualmente aqueja a la población

Es recomendable seguir un plan alimenticio y practicar alguna actividad física, pues cuando se obtiene más energía de la que el cuerpo gasta, ésta se almacena. La forma más común de almacenar el exceso de calorías es convirtiéndola en grasa y acumulándola en piernas, brazos, cadera, glúteos, senos y abdomen, principalmente.

 La forma de consumir los alimentos es un factor determinante para evitar el sobrepeso. Por ejemplo, no es lo mismo consumir un kilo de zanahoria entera que ese mismo kilo en jugo: la fibra que contiene llena más al organismo y hace que los nutrientes pasen más lentamente al cuerpo, lo que alarga la sensación de saciedad y aplaza la aparición del hambre. En contraste, el jugo pasa directamente a la sangre en forma de azúcar para convertirse en grasa. Entre más tiempo permanezcan los alimentos en el estómago ensanchando sus paredes, más tiempo perdurará la sensación de saciedad y más tardará en volver el hambre.

El Instituto Carlos Slim de la Salud a través de su portal  www.clikisalud.info  recomienda: comer cinco veces al día para evitar sensación de hambre intensa, no comer más ni menos de lo necesario, no saltarse comidas, no cocinar mucho las verduras, consumir fibra, tomar 2 litros de agua al día, comer despacio y de manera relajada, evitar cenas abundantes y condimentadas y, por supuesto, realizar ejercicio periódicamente. 

  

 

 

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Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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