En 2010 Jorge Martín Valencia Rosas concluyó, con el Conjunto Típico Revoluciones, la primera parte de un proyecto para el rescate de la guitarra séptima mexicana, instrumento netamente nacional que actualmente ha caído en desuso, pero que en el siglo XIX fue muy popular. Este proyecto tuvo como fruto la producción del disco ¡Independencia y Libertad o Muerte! que se presentará el sábado 12 de marzo a las 15 horas, en el Museo Nacional de Arte, en Tacuba 8, Centro Histórico.
La guitarra séptima es un instrumento que tuvo vigencia por cerca de 200 años. Hacia 1750 aparecen instrumentos que van creciendo en órdenes, es decir, en cuerdas, de cinco a seis y de seis a siete, y la guitarra séptima se arraigó en México. En el siglo XIX alcanzó la cúspide. Era la contraposición ideológica e instrumental contra la guitarra española de cinco y seis órdenes. Y en las primeras décadas del siglo XX empieza a desaparecer por influencia de las compañías disqueras y la radiodifusión que presentaban nuevas músicas, porque las orquestas típicas dejan de usarla y también porque éstas son desplazadas por nuevos conjuntos musicales como danzoneras y grupos de tango, entre otros”, explica Jorge Martín Valencia Rosas.
Respecto a la importancia de rescatar la música mexicana del siglo XIX, Melina Belem López Cristóbal, artista invitada en el disco, advierte que “en México cada día somos presa más fácil del extranjero, vivimos momentos de cambio y vulnerabilidad y nos estamos llenando de cosas que no tienen qué ver con nuestra cultura, y como músicos, nos corresponde mantenernos en esta lucha por rescatar lo nuestro y defender la música de esta época, porque casi no se conoce y estamos corriendo el riesgo de que muera. Así que con la guitarra séptima, que es nuestro instrumento, uno de los objetivos del Conjunto Típico Revoluciones, es aferrarnos al pasado para que la guitarra séptima vuelva al presente”.
El disco ¡Independencia y Libertad o Muerte! incluye melodías interpretadas con este instrumento y marca la pauta para el comienzo un nuevo proyecto para el rescate del repertorio mexicano de obras desconocidas, en su mayoría inéditas. Abre la puerta a otra forma del quehacer musical, el de la canción mexicana en sus diferentes vertientes: el corrido, la canción lírica y formas literario-musicales.
En este nuevo proyecto que inicia en 2011 bajo el título “No me olvides”, con la participación de Melina Belem López Cristóbal en la voz y Mónica Sauza en la mandolina, se rescatará la instrumentación, la estética y la propia música del siglo XIX, señala Jorge Martín Valencia Rosas, investigador y guitarrista del pueblo.
Al respecto, Mónica Sauza añade que en el siglo XIX se editaba un cancionero que se llamaba precisamente “No me olvides”. “Nosotros retomamos ese nombre como alegoría para compilar en este proyecto, las canciones más representativas de la época, en la que se encuentra música de gran calidad, quizá con armonías y melodías sencillas, pero de gran elegancia y con una lírica rica, que podría variar en su métrica, forma y temática y que era para todas las clases sociales”.
En la siguiente etapa del proyecto se destacará el uso de la mandolina, instrumento muy común y representativo de los conjuntos mexicanos. “Anteriormente su forma era distinta. Antes era más alargada, en forma de pera y le llamaban mandolina de pera, ‘la perita’. Los instrumentos que hoy conocemos y que actualmente se usan en las tunas o estudiantinas, proceden de la gran gama de instrumentos de finales del siglo XVIII. Todos ellos llegaron de Europa. Eran traídas para venta por las empresas transnacionales y en ese tiempo cobraron auge por el candor del México independiente.
“Los conjuntos típicos eran las agrupaciones que poseían en el seno socio-musical estos instrumentos, que eran herencia europea, principalmente italianos, pero que en México se adaptaron. La orquesta o conjunto típico es el reflejo de las agrupaciones del pueblo mexicano. La dotación variaba según la circunstancia e incluían a cualquier instrumento que estuviera disponible: mandolinas, violines, guitarra séptima, piano o lo que hubiera a la mano”, comentan los integrantes del Conjunto Típico Revoluciones.
“Es increíble que a veces se conocen más los autores y músicos extranjeros. No está mal que los conozcamos, pero se inicia primero desde casa. A veces jugamos en los conciertos con el público y preguntamos quién conoce a Chopin. Muchos, o la mayoría. ¿Y quién a José Ma. Bustamante? ¡Nadie!, ni siquiera hay una calle con su nombre.
“Y lo mismo pasa con las canciones. Por ejemplo, la pieza “Las Estrellas”, que aparece en el disco, fue arreglada por el músico mexicano Ernesto F. Pichardo en 1905, pero es más conocida por la reciente película “Cielito Lindo”, aunque mucha gente cree que es extranjera, pero hay registros y citas históricas que demuestran su origen mexicano. Lo mismo pasa con la guitarra séptima mexicana, que aparece en la cinematografía nacional en la película de Luis Buñuel “Los Olvidados”, porque es la que toca el ciego, Don Carmelo, comentan.
“Deseamos que a la gente no se le olvide nuestra música, nuestros autores, el conjunto típico, porque ahora se emancipan algunos conjuntos, como el mariachi, los soneros jarochos y los huastecos, y por ello, nosotros buscamos rescatar los instrumentos, la canción y los compositores del siglo XIX que permanecen como desconocidos”, concluyen los integrantes del Conjunto Típico Revoluciones.