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- Investigadores del Tecnológico de Monterrey identifican biomarcadores orales que podrían cambiar el diagnóstico de enfermedades crónicas.
LaSalud.mx .- Una investigación del Tecnológico de Monterrey ha dado un importante paso hacia el desarrollo de herramientas innovadoras para la prevención y diagnóstico oportuno de enfermedades crónicas relacionadas con el estrés infantil. Este estudio, titulado “Identificación de biomarcadores del microbioma oral asociados con Experiencias Adversas en la Infancia para su prevención y diagnóstico oportuno”, explora la relación entre factores psicológicos en la infancia y las alteraciones en la salud bucal que incrementan el riesgo de enfermedades en la adultez.
El proyecto, liderado por Cristina Elena Cabrera González, estudiante del Doctorado en Biotecnología, y la Dra. Rocío Alejandra Chávez Santoscoy, profesora investigadora de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey, se lleva a cabo en colaboración con la Universidad de los Andes y la Universidad Católica de Chile. La Dra. Chávez Santoscoy, especialista en Seguridad Alimentaria, es reconocida internacionalmente por sus investigaciones sobre nutrición funcional para pacientes con enfermedades crónicas.
Impacto del Estrés Infantil en la Salud
Las experiencias adversas en la infancia (ACEs) incluyen situaciones como abuso físico y emocional, negligencia y violencia doméstica. Estas circunstancias pueden provocar una respuesta de estrés exacerbado que, a largo plazo, afecta la salud de los niños. Según el estudio, los niños con cuatro o más ACEs tienen:
- 1.6 veces más riesgo de obesidad severa y diabetes.
- 2.2 veces más probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares.
- 4.6 veces más probabilidades de desarrollar depresión.
En México, el 19.3% de los niños entre 24 y 59 meses no alcanzan los hitos del desarrollo infantil, y más del 50% ha sido educado mediante métodos violentos, lo que agrava la situación.
Microbioma Oral como Biomarcador
Una de las innovaciones más destacadas de este estudio es el análisis del microbioma oral como un método de diagnóstico no invasivo. Este ecosistema complejo juega un papel crucial en la salud sistémica. La disbiosis oral, o alteraciones del microbioma, puede contribuir a enfermedades sistémicas, incluyendo enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Los investigadores han encontrado que los niños con mayores niveles de cortisol en el cabello presentan menor abundancia de Leptotrichia, lo que sugiere una posible insensibilización a altos niveles de cortisol en pacientes con estrés crónico. Además, se ha observado una correlación entre altos niveles de cortisol y alteraciones en la microbiota oral, lo que podría incrementar el riesgo de caries y enfermedades más graves.
Enfoque Preventivo a través de la Nutrición
Como parte del trabajo multidisciplinario, el equipo está diseñando recetas para crear alimentos enriquecidos con ácidos grasos, que puedan integrarse fácilmente en la dieta de los niños mexicanos. Entre estos suplementos se encuentran el ácido linoleico y el ácido docosahexaenoico (DHA), que son esenciales para la salud cardiovascular y cerebral.
La Dra. Chávez Santoscoy enfatiza: “Queremos que esta herramienta permita a los pediatras no solo medir el crecimiento físico del niño, sino también entender su entorno emocional y cómo este afecta su biología”.
Colaboración Internacional
El proyecto no solo se limita a México; busca tener un impacto en América Latina y en la práctica pediátrica a nivel mundial. Los investigadores están trabajando en la creación de guías clínicas para integrar estos biomarcadores en la práctica pediátrica, permitiendo a los médicos identificar tempranamente a los niños en riesgo y diseñar estrategias de intervención personalizadas.
Finalmente, este estudio representa un avance significativo en la comprensión de cómo las experiencias adversas afectan la salud biológica infantil. Al integrar el microbioma oral como un biomarcador accesible y no invasivo, los investigadores del Tecnológico de Monterrey están abriendo nuevas oportunidades para la prevención temprana de enfermedades crónicas y fortaleciendo las bases para un futuro más saludable para las infancias vulnerables.
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