Por la Dra. Melina Miaja Avila
CancerDeMama.mx.- El cáncer representa una de las enfermedades más temidas y suele ser considerado como un estresor importante que interrumpe la vida diaria. Esto se debe a que los pacientes se enfrentan a un gran número de cambios y pérdidas, tales como la pérdida de salud en primer término, la pérdida corporal en caso de amputaciones necesarias, y los cambios en la apariencia física tras una intervención quirúrgica (mastectomía), el riesgo de una mutación genética, la pérdida de la rutina cotidiana por las constantes visitas al médico o al hospital, las restricciones en la dieta y en ciertas actividades físicas, la pérdida del ideal del futuro, entre otros factores causantes de estrés.
Todos estos cambios suelen provocar intensas reacciones emocionales en los pacientes y sus familiares. En la mayoría de las ocasiones, los trastornos psicológicos evidenciados por los pacientes son reacciones emocionales adaptativas ante el proceso de la enfermedad. Alrededor del 30% de los pacientes presentan dificultades para adaptarse a la enfermedad, manifestando síntomas de ansiedad y depresión.
Cada una de las fases de la enfermedad suelen plantear problemáticas y temores muy específicos. En el pre-diagnóstico y recién diagnóstico del cáncer es común que los pacientes presenten insomnio y pensamientos fatalistas; asimismo es usual que se pregunten: ¿Por qué a mí?, ¿Por qué me dio cáncer?, ¿Voy a sufrir mucho?, ¿Voy a morir de esta enfermedad? Es importante remarcar que el significado que una persona le otorgue a la enfermedad puede influir significativamente en la manera en como la afronte. Si un paciente percibe el cáncer como una enfermedad que le ocasionará la muerte de manera inminente, es esperable que manifieste una gran desesperanza, y que rechace adherirse a los tratamientos médicos.
Posteriormente, ya durante la fase de tratamiento médico es común que los pacientes manifiesten incertidumbre y temor ante los efectos secundarios que puedan provocar la quimioterapia, radioterapia y cirugía. Aún en las fases ulteriores, las que corresponden a la vigilancia y supervivencia, los enfermos suelen externar preocupaciones relacionadas con el temor a desarrollar cáncer nuevamente, y suele existir una excesiva vigilancia corporal, estando alerta ante cualquier síntoma (por leve que sea) que presenten. Por lo tanto, el recibir apoyo psicológico es sumamente importante en todas y cada una de las fases de la enfermedad, desde el pre-diagnóstico hasta ayudar a bien morir, en el caso de pacientes en etapas avanzadas.
Uno de los escenarios más favorables para una mejor adaptación a la enfermedad es cuando los pacientes presentan mínimos efectos secundarios, cuando pueden reconocer cómo se sienten, compartir su manera de pensar y de sentir con las personas que los rodean, cuando pueden continuar realizando sus metas, proyectos de vida, sus actividades diarias, percibir y contar realmente con el apoyo y amor de su familia.
La unión familiar es fundamental cuando se atraviesa por momentos de gran incertidumbre. En este sentido, una de las problemáticas por las que los pacientes acuden con mayor frecuencia a consulta, es para conocer cómo informar a sus seres queridos su diagnóstico, sobre todo cómo hablar del cáncer con sus hijos. En relación a este punto, es importante señalar que los niños necesitan estar informados e involucrados durante todo el proceso de la enfermedad de sus seres queridos. Cuando no se les informa o se les oculta la información, (como una forma de protegerlos), los niños aun así pueden percibir la tensión y el estrés que se vive en casa, y suelen imaginarse una situación mucho más aterradora de la que en realidad se puede estar viviendo. Lo ideal y lo que se busca en la terapia es hablar de la enfermedad abiertamente, hacer partícipe a toda la familia, así como buscar el apoyo y la compresión de sus seres queridos.
Es importante señalar que no todos los pacientes viven la enfermedad como una experiencia difícil y traumática; por lo tanto, no todos los pacientes van a necesitar del apoyo psicológico. Hay quienes cuentan con la suficiente capacidad, confianza y fortaleza en sí mismos para poder hacerle frente a la situación. Este tipo de pacientes suelen mencionar que el cáncer es una experiencia enriquecedora y de mucho aprendizaje; una experiencia a través de la cual tienen la oportunidad de re-valorarse a sí mismos, a sus seres queridos y las prioridades de la vida.
Para poder detectar a los pacientes que presentan malestar emocional y requieren atención psicológica, es necesario realizar una adecuada evaluación que nos permita identificarlos, conocer sus preocupaciones y necesidades específicas, esto con el fin de realizar intervenciones enfocadas en cada paciente.
En este sentido, los objetivos básicos de la atención psicológica consisten en reducir el malestar emocional, ayudar al paciente a asimilar y adaptarse a todos los cambios que está viviendo. Para que estos objetivos sean una realidad, se necesita que los pacientes aprendan a identificar y transformar aquellos pensamientos involuntarios y dañinos que puedan estar teniendo, también se necesita que exploren su manera de sentir y que puedan compartir sus emociones con las demás personas; asimismo, es necesario incrementar las estrategias de afrontamiento activas o dirigidas hacia la búsqueda de soluciones, y es de suma importancia que se involucren y participen activamente en el cumplimiento del tratamiento médico para que de estar forma sientan como tienen el control sobre la enfermedad.
Por último, es importante mencionar que para mejorar la calidad y cantidad de vida de los pacientes con cáncer es necesario trabajar mediante un modelo integral, buscando en todo momento el bienestar físico, nutricional, psicológico, social y espiritual de cada paciente.