Un buen servicio trae un impacto fisiológico, emocional y psicológico a nuestra vida diaria reveló un estudio científico internacional.
A los seres humanos nos gusta de manera innata ofrecer un buen servicio a otros – ya sean clientes, familia, extraños, amigos o colegas – aún más que recibirlo.
Si alguna vez te has preguntado por qué te sientes emocionado cuando el mesero recuerda el café que ordenas habitualmente o cuando le cedes un asiento a alguien en el autobús, un nuevo estudio científico, patrocinado por American Express acerca del servicio ha descubierto la respuesta. Este análisis a nivel mundial muestra que los efectos de un servicio insólito se sienten tan profundamente, que incluso llegan a impactar en la salud.
El primer estudio de su tipo comisionado por la reconocida tarjeta plastica, en asociación con la organización internacional de investigación cognitiva Neurosense, utilizó tecnología altamente especializada – incluyendo una prueba psicológica¹ patentada y basada en la red, así como pruebas biométricas² in vivo – para medir el impacto del servicio en nuestros cuerpos y mentes. Llevado a cabo con una muestra de mil 620 participantes, este estudio es uno de los documentos más completos de investigación científica acerca de la forma en que un buen servicio nos afecta.
“Si te pones a pensar acerca de la frecuencia en la que entras en contacto con el servicio cada día, desde hacer compras en línea hasta las salidas en días memorables, o cuando buscas un lugar tranquilo para meditar cuando las cosas van mal – es claro que estamos en contacto con el servicio más frecuentemente que cualquier generación anterior“, dijo la Profesora Gemma Calvert, Directora de Administración de Neurosense Group.
Debajo de la piel del servicio
El Estudio del Servicio ha revelado que un momento de servicio insólito causa una reacción en cadena de respuestas positivas en nuestros cuerpos, incrementando el ritmo cardiaco y la respuesta galvánica de la piel (o nivel de transpiración) conforme incrementa nuestra emoción y alegría, mientras que en otros casos reduce la frecuencia respiratoria conforme se reduce el nivel de ansiedad y estrés.
Las pruebas biométricas también mostraron que un servicio insólito es calificado como un “placer máximo” para los seres humanos, pues provoca la misma reacción en nuestros cuerpos que el placer de nuestro equipo favorito ganando o la felicidad de reunirse con un amigo cercano³.
El lado emotivo del servicio
A nivel emocional, tanto el dar como el recibir servicio insólito dispara las mismas reacciones básicas que sentirse amado. El estudio encontró que el efecto de un buen servicio en nuestro estado emocional es tan poderoso que el 84% de las personas que tomaron la prueba sintió más placer al ofrecer un servicio insólito que al besar a alguien.
“Curiosamente también se encontró que un servicio insólito hizo a más de la mitad de nuestros participantes sentirse menos solos y menos ignorados. Se reducen los sentimientos de tristeza y ansiedad, lo cual es fundamental para vivir una vida saludable y equilibrada emocionalmente, especialmente en el mundo de hoy en donde tanta gente se siente más y más aislada”, dijo la Profesora Calvert.
Psicología del Servicio
Psicológicamente, más de la mitad de aquellos que hicieron la prueba se sintieron orgullosos cuando les tocó recibir un servicio insólito (55%). El “impacto” de que alguien se detenga a hacer algo por uno, ayuda a elevar la autoestima, apuntalando aún más el impacto de largo alcance de un servicio insólito en nuestro bienestar.
“El estudio reveló también un descubrimiento fascinante – que proveer un servicio insólito es, de hecho, más placentero que recibirlo. Para nosotros es importante en nuestra sociedad ser percibidos por otros como buenas personas y como tales, parece que estamos hechos para obtener mayor gratificación del servir a otros, que al revés – lo cual asegura cohesión social vital”, concluyó la Profesora Calvert.
“Instintivamente siempre hemos sabido que el servicio puede tener impacto de largo alcance en las vidas de las personas: muchos años de retroalimentación anecdótica por parte de nuestros Tarjetahabientes ha demostrado esto. Pero más allá de los beneficios obvios, quisimos llegar al fondo de por qué un servicio insólito (tanto darlo como recibirlo) puede hacernos sentir tan bien, y por qué nos motiva a hacer los que hacemos diariamente. Ahora tenemos la ciencia que lo comprueba – un servicio insólito hace que uno se sienta bien y es bueno para uno – haciendo posible que la gente viva sus vidas de la manera más plena y liberando el potencial que llevan dentro”, mencionó Jorge Guevara, Director de Asuntos Corporativos y Comunicación de American Express México.