Así es, el molusco que invade los jardines en épocas de humedad posee sustancias que pueden revertir la llamada piel de naranja.
Se trata del caracol de jardín que todos conocemos, pertenece a la familia Helix hortensis y al brindarle las condiciones propicias para su supervivencia y reproducción en laboratorio recibe el nombre Elisicultura.
Investigadores mexicanos descubrieron que la baba que el caracol secreta al caminar contiene proteínas, vitaminas y ciertos antibióticos naturales que regeneran las células de la piel.
La celulitis se caracteriza por formar grumos y depósitos grandes e irregulares de grasa en cadera, nalgas y muslos, dando aspecto similar al de la cáscara de naranja. Lo anterior se debe a que las venas ubicadas en estas regiones pierden tonicidad y elasticidad, lo que ocasiona que la sangre no circule adecuadamente y que las células no sean nutridas como debe ser, llegando a acumular toxinas que destruyen colágeno y elastina (componentes que ayudan a mantener la piel suave y firme), provocando flacidez.
El problema es más común en mujeres que en hombres debido a la diferencia natural que existe en la distribución de grasa y tejido conectivo; suele agravarse por embarazo, sobrepeso, durante el periodo menstrual, clima caluroso, por permanecer mucho tiempo de pie, llevar vida sedentaria (poca actividad física) y dieta excesiva en grasas y escasa en fibra. Se considera que un factor más para desarrollar celulitis es el hereditario, por ello puede presentarse aun en mujeres delgadas.
El producto aprovecha las cualidades de la sustancia que segrega el molusco e ingresa a través de la epidermis (primera capa de la piel), de manera que restituye algunas propiedades a nivel celular y la piel poco a poco retoma su uniformidad, es decir, se va regenerando.
La celulitis es una enfermedad progresiva que sufre 90% de las mujeres en el mundo, pero tal vez usted muy pronto deje de ser parte de esta estadística.