Para comer
Procura que el primer plato de tu comida sea siempre una ensalada o una sopa. Estás sopas procura que sean más bien suaves, gazpachos, minestrone… Acompaña tus comidas con pan integral o pan de pita. Deja a un lado los fritos y decántate por los hervidos, cosas a la plancha o al horno, y no te olvides de las legumbres y la verdura. Para beber procura tomar agua y reducir el consumo de bebidas azucaradas.
A media tarde
Elabora tus propias meriendas, pues siempre es mejor que comprarlas preparadas, ya que aunque aparentemente sean bajos en calorías, tienden a llevar azúcares y no llenan. Opta por los frutos secos, piezas de fruta o incluso tostadas con chocolate para los amantes del cacao, que se pueden combinar con fresas, pues son mayoritariamente agua y no contienen apenas calorías.
Para cenar
Cena de manera ligera y procura que pase un rato hasta la hora de dormir, para que de tiempo a digerir la cena.
Algunos trucos
Aleja la comida de la mesa, tenerla cerca nos incita a comer más. Sirve directamente los platos en la cocina y evita llevarte la cacerola o sartén a la mesa.
No comas directamente de las bolsas, paquetes o envoltorios, pues es posible que cuando te des cuenta ya hayas arrasado.
¿Son tus platos de estos tan modernos y enormes que se llevan ahora? Inevitablemente esto hace que comamos más porque la cantidad del plato es mayor. Busca platos normales o más pequeños.
Come despacio y espera aproximadamente 20 minutos antes de decidir que te has quedado con hambre, es el tiempo que tarda nuestro cerebro a determinar si nuestro estómago está lleno.