"Fashion victim"

Mundodehoy.com.- A menudo, el término fashion victim – víctimas de la moda – es utilizado de forma errónea para definir a personas de alto estatus social cuyo motor vital consiste en estar a la última en las tendencias de moda y belleza. Paradójicamente, este término anglosajón acuñado por primera vez por el diseñador Oscar de la Renta, lejos de definir un estilo propio, glamouroso y elegante, nos remite a la debilidad y a la dictadura auto-impuesta de la que muchos hombres y mujeres son víctimas.

Alrededor de este fenómeno de la sociedad moderna, un amplio abanico de empresas, industrias, personas, actividades y eventos fomentan esta actividad consumista sin límites, generando una red intensa de excesos que lejos de remitirnos al “estilo” o al glamour, nos revelan la debilidad y vulnerabilidad de aquellos que viven atrapados en la falsa creencia que el lujo y la apariencia transmite o genera admiración y prestigio en los demás.

Las grandes marcas de moda fomentan y obtienen grandes réditos de la idea a la que son sometidas las fashion victims, promoviendo la cultura de la ostentación en revistas, publicidad, eventos, locales, arrastrando así con sus actividades y marketing a una amplia red de gente con baja autoestima y auto-control.

El cuidado del cuerpo y la belleza es una actitud positiva siempre y cuando se mantenga dentro de los límites naturales y surja de la propia elección personal y de una estabilidad y madurez anímica y emocional. Aceptar y creer que el uso de determinadas marcas o el gasto desorbitado en distintos elementos puede reportarnos la calidad como personas por el solo hecho de llevarlas encima o dejarnos ver junto a ellas, es uno de los principales indicios de que nuestra personalidad ha dejado de pertenecernos y que cualquiera con una idea brillante o un buen anuncio puede hacer de nosotros un esclavo para siempre.

La actitud personal, la seguridad, la inteligencia y la auto-estima revelan en el exterior una imagen propia y auténtica con la que ninguna marca ni fashion victim puede competir. La fuerza de la originalidad, de la personalidad, de la libertad natural de elegir el cuidado o los elementos de nuestro día a día sin ser “victimas” de nada y de nadie, revelan el verdadero carisma del que hablan los diseñadores cuando realmente se refieren a personas con estilo o glamurosas.

Ser una fashion victim no te da prestigio y admiración, aunque si es una prueba clara de que algo en nuestro interior no funciona de forma correcta, ya que nos convierte en personas potencialmente débiles y esclavas de cualquier situación.

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Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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