¿Qué hacer con tanto ocio?

  • Las personas incapaces de disfrutar los periodos vacacionales, no se detienen nunca porque no les gusta reflexionar en su realidad personal. Es necesario hacerlo, porque sólo así es posible retomar los afectos positivos y valorar los pros y los contras de la vida laboral, familiar y personal

El descanso implica estar concentrado en sí mismo y esto para algunas personas no es factible. Implica adentrarse a la realidad personal, donde es inevitable valorar lo bueno y lo malo de la vida y a veces, los resultados no son placenteros. Entonces hay que escapar. La idea (inconsciente) es estar rodeado de múltiples ocupaciones y personas: hacer del trabajo una actividad compulsiva o padecer adicciones (desde el alcoholismo, la drogadicción, comer mucho, jugar juegos de azar, la televisión, Internet hasta pasar horas y horas en el gimnasio). Todo por no tolerar la idea de que llegará el momento de estar con sí mismo (aplica a la familia o a los seres queridos).

“Por esta razón en los periodos vacacionales largos se incrementan las peleas familiares y de pareja. En los individuos solteros se presenta una alza en los trastornos depresivos y de ansiedad. Esto sucede cuando el sujeto se da cuenta-  por ejemplo, cuando viaja de vacaciones a una playa – que es incapaz de disfrutar su descanso. Sigue padeciendo estrés y no sabe cómo evitarlo”, explicó el Dr. José de Jesús González Núñez, presidente del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS):

A decir del especialista, nuestra cultura nos mueve para todos los lados menos a nuestro mundo interior. “También tenemos dificultad para disfrutar a los seres amados. Terminamos siendo presa del consumismo que se presenta con fuerza en este época o de los excesos o de ambos eventos. Al final es el mismo problema, no sabemos qué hacer con nosotros mismos”, explicó.

Este fenómeno se presenta con mayor frecuencia en las grandes ciudades, donde el ritmo de vida no deja lugar a la reflexión: “Nadie debe ser ajeno al ambiente navideño ni al de fin de año. Es un periodo para cerrar ciclos y para abrir nuevos. Un premio al esfuerzo y ayuda a valorar lo bueno y lo malo en un año entero. Si no reflexionamos, cómo sabremos lo bueno y malo que existe en nosotros. “, comentó la Dra. Vanessa Nahoul Serio, coordinadora de la Comisión de Desarrollo Científico y Editorial del IIPCS.

La especialista comentó que a veces sólo basta reconocer y aceptar el malestar en las vacaciones para comenzar a disfrutarlas de inmediato. “Eso sí, en los casos más severos, donde existen adicciones  o cuadros de depresión crónicos, éstos tenderán a recrudecerse durante esta época. Si la gente lleva deprimida un año entero o trabajando de forma desmedida, no podrá dedicarse un tiempo a sí mismo. Entonces es necesario acudir a una terapia psicológica”, comentó.

Para concluir, González Núñez recordó que el IIPCS dispone de una clínica de servicios psicológicos para todos los niveles socioeconómicos. “Si la duración de estos estados (depresión y ansiedad) llegan a ser crónicos, lo mejor es acudir con los profesionales de la salud mental”. 

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Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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