Retrocedemos a los orígenes de la Revolución Mexicana con las voces de las mujeres de Atenco: “Zapata Vive la lucha sigue”, “La tierra no se vende. La tierra se ama y se defiende”. Hoy después de 100 años de la revolución y 4 años del movimiento del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco.
La integración de las mujeres en el movimiento de Atenco enfatizó su papel de nuevo actor en movimientos sociales con bases de carácter campesino, donde la mujer insiste en la integración de nuevas demandas que sustentan un movimiento de carácter tradicional, en el cual la principal demanda es la tenencia corporativa de la tierra.
Igual que en 1910 hoy el despojo y el agravio de campesinos en Atenco se convirtió en una problemática en el que la mujer intervino para generar trabajo en la comunidad y fuera de ella, con el objetivo de resguardar su patrimonio y liberar a sus compañeros presos en el Molino de las Flores, pero además para generar un nuevo sujeto político.
“Desde el momento que decidimos entrar al movimiento, cambiamos nuestras actividades. Dejamos nuestras tareas del hogar y en mi caso mi negocio de tamales para apoyar a los compañeros en la organización”, explica Jovita Medina, integrante del FPDT. “Mis hijas y yo somos familiares directos de Ignacio del Valle, por eso desde el 3 y 4 mayo, cuando él y su hijo césar fueron tomados presos nos dedicamos a apoyarlos”
Así, en el intercambio de valores y códigos para la organización autónoma que armaron mujeres como Jovita en el FPDT se logró incidir directa e indirectamente de forma mínima en las decisiones y movilizaciones que son parte del espacio político, al que poco habían tenido acceso antes del movimiento.
“Mis dos hijas a partir de ese momento se dedicaron a llevarles comida, despensa y estar al pendiente de ellos y los demás compañeros, ya que Trini estaba exiliada”, cuenta Jovita quien lleva militando en el movimiento desde el 2002 año, en el que se anunció el proyecto aeroportuario en el municipio.
A partir de ese momento en las mujeres de Atenco se comenzó a construir una identidad que se sustenta en el despojo y la lucha por la tierra. La misma ruptura agraria que hace 100 años con los campesinos de Morelos y otras partes del país.
Es el mismo valor del trabajo que dejan ellas y ellos en sus ejidos lo que motiva su participación en el movimiento por recuperar sus herencias de los mismo años que la revolución mexicana.
Es así, como el FPDT se configuró en una ideología amplia, por la red de movimientos que desde su inicio se unieron a sus demandas, que son lazos que unen y al mismo tiempo comparten los integrantes del EZLN por la reivindicación de sus derechos y el valor de la tierra, que se transmiten a partir de su cultura.
“Moralmente estoy en el movimiento desde que nos enteramos del proyecto, pero más desde el 3 y 4 de mayo, cuando entró el cuerpo policial a San Salvador Atenco” expresa Jovita Medina.
Los cuerpos de seguridad que participaron en el operativo de esas fechas con la finalidad de “recuperar el orden”, violaron los derechos humanos de todos los manifestantes, en especial de las mujeres.
Mujeres que con su participación resultado de la solidaridad que brindaban a sus compañeros fueron victimas de violaciones y vejaciones que hoy después de cuatro años no han recibido castigo alguno.
Las figuras femeninas del movimiento a partir de ese momento comenzaron a trastocar otra parte de marginación que los pueblos en México viven y que se suman al movimiento campesino y a la inequidad de género.
Misma que hoy vuelve a colocarse como discusión porque se trata de una “solución incompleta, pues falta hacer justicia a las 27 mujeres violadas por policías del estado de México y castigar a los responsables de los operativos del 3 y 4 de mayo de 2006” contra los pobladores de San Salvador Atenco, estado de México.
Así, tras la liberación de los 12 presos políticos, después de la criminalización y violaciones que padecieron las y los pobladores de Atenco los diputados perredistas Alejandro Encinas, Enoé Uranga y Mauricio Toledo afirmaron que la decisión del máximo tribunal abre la puerta al rechazo legal que la sociedad debe encabezar “contra la criminalización de los movimientos sociales”.
Mientras la Academia Mexicana de Derechos Humanos (AMDH), el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh), el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia e Idheas señalaron que la liberación de los 12 presos de Atenco es muy importante, “pero es una solución incompleta”, por la falta de castigo para los responsables de los operativos de mayo de 2006 en San Salvador Atenco.
Frente a esta falta de voluntad para terminar con la violencia y tortura contra las mujeres, ellas se incorporaron a un movimiento social de carácter tradicional por sus demandas con el fin de conseguir la motivación y la movilización de los integrantes y seguidores potenciales para ganar el apoyo de las y los espectadores.
Es en este aspecto en el que se entiende que la movilización de consensos y la trasformación de las representaciones sociales son factores determinantes para potenciar la acción colectiva de las y los pobladores desde los movimientos sociales.
Cuestiones que usualmente atañen a las luchas por los significados y representaciones presentes en la pugna por los marcos interpretativos desde los cuales se debaten y se ponen en juego concepciones diferentes de ciudadanía, identidad.
“Hoy después de 4 años del movimiento por la liberación de los compañeros, no me arrepiento y volvería a participar, aunque nos quedamos con mucho miedo, al ver cómo los policías golpeaban y se llevaban a las compañeras”
“En ese momento las piernas me temblaron. Pero también recordé las palabras de Nacho: Con diez o uno de nosotros que esté bien convencido y firme en sus pensamiento podemos parar Reforma o la calle que sea”, recuerda Rosa María Moreno.
De esta forma las mujeres de Atenco en la Casa Cultura de San Salvador Atenco con las madres, hijas y esposas de los presos, de los desaparecidos y perseguidos cada domingo se sostuvieron con los demás integrantes del FPDT organizando la próxima caravana, por medio de la cual les daban voz a los hombres y mujeres que el gobierno escondió en el Molino de las Flores.
Así, el énfasis de la resistencia de las mujeres en el proyecto aeroportuario radica en conocer los procesos desde donde las mujeres confieren sentido a su acción colectiva en un movimiento de manera que se pueda entender por qué rompen con su acción cotidiana.
Capacidad de acción por parte de las mujeres de Atenco para crear marcos de acción colectiva donde los valores de justicia, libertad y solidaridad actúan como cimientos para justificar y legitimar las reivindicaciones orientadas hacia la defensa del valor de la tierra.