Todos los días escuchamos diversos sonidos en la casa con diferentes niveles de ruido. Desde el refrigerador hasta el fuerte chillido de las ambulancias al pasar. La mayoría de los sonidos en el hogar se encuentran en un nivel que es seguro. Sin embargo, a veces manejamos simultáneamente diferentes aparatos ruidosos o subimos el volumen del televisor para escucharlo mientras están pasando la aspiradora.
Con esto, y sin darnos cuenta, subimos el nivel de ruido general en la casa. Los ruidos en el hogar pueden alcanzar niveles incómodos y hasta dañinos para la audición. Algunos aparatos comunes, tales como la cortacésped motorizada, generan suficiente ruido para que se recomiende usar protectores de oídos aún cuando la exposición al ruido sea por corto tiempo.
El sonido se mide en unidades llamadas decibeles o decibelios. El sonido más débil que percibe el oído humano normal es de cero decibeles: casi un silencio total. Asimismo, un susurro mide 30 decibeles y una conversación normal mide 60 decibeles. La exposición prolongada a ruidos mayores de 85 decibeles lesiona las diminutas células ciliadas auditivas, las células sensoriales del oído interno, y causan pérdida de audición.
La pérdida de audición inducida por el ruido ocurre cuando el oído está expuesto por mucho tiempo a sonidos fuertes. Cuanto mayor sea el nivel de decibeles, menor será el tiempo que tardará en presentarse algún daño. La cercanía con la fuente del sonido también influye.
Los sonidos se hacen más fuertes a medida que nos acercamos a la fuente y más débiles a medida que nos alejamos. Al limitar el número de fuentes de ruido activadas al mismo tiempo, ayudas a mantener un nivel de ruido saludable y cómodo.
Hay tres maneras de evitar los ruidos en el hogar, disminuyendo los ruidos donde se originan, evitando la competencia entre ruidos en una misma área de la casa y enseñando a la familia sobre las fuentes de ruido, los niveles de ruido y cómo evitar los ruidos dañinos.